13 enero 2011

Día 88. Home

Mi situación actual me ha proporcionado la perspectiva adecuada para poder definir ese término con mayor precisión. El problema es que, como la mayoría, no tiene una única definición.

Hay gente para los que su casa es donde han pasado toda su vida; pero, ¿qué pasa si te mudas? Para otros es donde viven sus padres, sobre todo si pasas una temporada (corta) fuera de casa,  como si en realidad no te fueras allí. ¿Acaso eso significa que no estás en tu casa cuando te vas de Erasmus, por ejemplo? Otros dicen que una casa no es el edificio sino la gente que vive contigo. ¿Pero y si vives solo? Parece que ésto está siendo más difícil de lo que parecía (y si he puesto alguna tilde que la Real Academia Española cree incorrecta, no me arrepiento. Tampoco dejaré de llamar a la Y "i-griega").

Otros más románticos, como yo, dirían que tu casa es tu fortaleza, un refugio de todo en el que te puedes esconder cuando te ahogan los problemas, donde "siempre" vas a estar cómodo, donde no te sientes presionado por nada ni por nadie, donde tú eres el dueño de tu tiempo (no sé si me entendéis).

Para mí casa es mucho más fácil. Del mismo modo en el que me tomo la vida, tienes que hacer lo que puedas con lo que tienes. Por lo tanto, mi casa soy yo. Lo de fuera solo son complementos; complementos sin los que a veces no puedes vivir, pero no dejan de ser temporales. No se vive una vida en casa de tus padres, y las casas pueden cambiar, los compañeros también, pero por ello no debes dejar de darles importancia, no se merecen ser tratados como algo pasajero.

Y paro ya, que me está saliendo una entrada demasiado larga. Estoy mejor del resfriado que me traje de recuerdo, y de la alergia... ¿qué alergia?

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