15 enero 2011

Día 90. Cualquier cosa...

... con tal de no trabajar; hasta he recogido todo mi cuarto. Porque eso es lo que me he encontrado nada más llegar, trabajo.

Tengo menos de 2 semanas para escribir 4 essays y exponer uno de ellos. No diré que me arrepiento de no haber hecho nada durante las vacaciones porque eran eso, vacaciones. Es solo que de golpe y porrazo tengo muchas cosas que hacer.

Yo no soy persona de propósitos de año nuevo; no creo en eso de proponerme algo, porque creo que el propósito en sí no dura más de un mes (con suerte). Es su naturaleza, no se puede evitar. Por eso no me propongo nada. Sin embargo, quien inventa la regla inventa la trampa. Ya he empezado a hacer algo de ejercicio con las niñas (insisto en el "algo"), a cenar más sano y ligero (seguiré comiendo igual, no pienso privarme de nada) y en cuanto acaben los exámenes saldré más, no pienso desperdiciar el tiempo que me queda aquí.

Sí, ya sé que suenan a propósitos de año nuevo, pero por definición no lo son, así que... He aquí una vez más el increíble poder de las palabras.

Aunque bueno, quizá este año sea un poco especial en cuanto a propósitos se refiere. Con la nueva ley anti-tabaco muchísima gente se ha propuesto dejar de fumar. Sinceramente la ley me parece pasarse de la raya. Es cierto que, siendo egoísta, me encanta la ley porque podré salir a los bares y discotecas y no tener que aguantar al ambiente cargado. Aquí en Inglaterra lo llevan haciendo mucho tiempo (no sé cuánto, pero parecen acostumbrados), y la verdad es que me encantó cuando lo vi. Pero entiendo que sea una putada no poder fumar en los bares, por lo menos para los fumadores; son ellos los que deciden fumar, dejadlos que se mueran lentamente ellos solos. Y que no se pueda fumar en los parques ya es demasiado, como si no hubiera aire libre en los parques.

En fin, otra entrada larga, esta vez fruto de la pereza (irónico, ¿no?).

P.D. Me estoy cansando un poco de contar los días.

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