Hoy ha sido un día muuuy largo.
Por la mañana temprano encendí el ordenador para poder imprimir el trabajo que tendría que entregar más tarde. Y no encendió. Todo el día preocupado. No os preocupéis, obviamente ya funciona, pues lo estoy usando.
Antes de la clase de las 10 he ido hasta la biblioteca (un buen paseo) a dejar unos libros que me cumplían hoy; después los he vuelto a sacar, así que he cargado con ellos todo el día. El desayuno en el típico pub inglés ha estado bueno; bacon por la mañana mola =D
A las 2 otra vez clase, así que decidí no ir a casa y aguantar un poco el hambre. El problema es que no salí hasta las 4.30 de la clase, y a eso hay que añadirle otro paseo a la biblioteca (que hice encantado, por cierto ^^).
Pero no todo iba a ser malo. Cuando volví el ordenador se arregló. Por supuesto, los ordenadores no son arreglados, son caprichosos y se estropean y arreglan ellos solo a voluntad; seguro que me entendéis. Por eso suele funcionar lo de dejar de usarlos una cantidad de tiempo relativa a la gravedad de la avería. Aviso: esta teoría no siempre es efectiva.
Y por cierto, para despedirme ya, saludos a todos los lectores anónimos que voy a tener a partir de ahora =D
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